Más de 10 personas, entre familiares y amigos, fueron
testigos del acto defecatorio de una oficinista de 35 años que olvidó que
llevaba puestas sus gafas multimedia al momento de realizar sus necesidades
biológicas.
«Me sorprendió que, al regresar a mi computadora, las
conversaciones hayan virado hacia temas como: deshacerse de manchas en la ropa
interior, diferentes marcas de aromatizantes de ambiente e incluso cómo
incorporar más fibra a mi dieta», relata avergonzada la mujer expuesta, y
lamenta que «nadie haya sido directo y claro con lo que estaba ocurriendo. Al final fueron ellos los que se cagaron en mí».
Expertos aseguran que la introducción de tecnologías cada
vez más imperceptibles en nuestra vida diaria, puede hacer que simplemente nos
olvidemos de su existencia, generando este tipo de inconvenientes.
«Tendré que ser más cuidadosa. Sólo espero no haberlo subido
accidentalmente a YouTube», concluye con preocupación la damnificada.
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